lunes, 20 de febrero de 2012

"Los narcocorridos, softpower del Narcotráfico" por Ana Luisa





Introducción


Joseph Nye fue el creador del término “Soft Power “o poder blando en la política internacional, este término se refiere a “la habilidad de un actor político  para influenciar indirectamente el comportamiento o intereses de otro actor o actores a través de medios culturales e ideológicos mientras afirma que con  el uso de la atracción y la persuasión, en lugar de la coerción o Hard Power, se pueden  conseguir los resultados deseados en política exterior” (Nye 2004).

Basándose en esta premisa, el siguiente texto tratará de ubicar el “Soft Power” en un ámbito más local. Los narcocorridos han sido parte fundamental de la llamada narco cultura y de cómo ésta ha logrado integrarse en la sociedad mexicana como una ideología dominante en algunas regiones de nuestro territorio.

Asimismo, el papel que tienen los narcocorridos al informar a la sociedad del mundo místico del narcotráfico,  la atracción que ejerce el narcotráfico  por medio de las hazañas contadas en los narcocorridos y el cómo por medio de los narcocorridos se han glorificado las actividades del narcotráfico y el poder de la droga.

Breve Historia de los Corridos

Para comprender la importancia de los corridos y narcocorridos en la cultura mexicana es esencial hablar un poco de su historia y de su evolución hasta la actualidad. La música es parte fundamental de la creación de una identidad nacional, generalmente los individuos usan la música para expresar sentimientos y externar sus intereses y preocupaciones. Fácilmente se puede relacionar a toda una cultura con un tipo de música en específico. Los corridos nacieron en el norte de México, concretamente en el área fronteriza, entre los campesinos y las personas de los estratos más bajos de la sociedad.

 Durante el porfiriato y  la Revolución mexicana los corridos hacían cuenta de las injusticias sociales a las que eran sometidos estos campesinos, obreros y peones. Los corridos se convirtieron en un tipo de diario sonoro que desenmascaraba la situación a la que estaban sometidos los pobres del país, quienes clamaban justicia y un nuevo gobierno. Estos corridos eran inventados por las personas para denunciar su situación y se fueron haciendo populares en toda la región norte para después extenderse a todo el territorio mexicano.

Desde  ese entonces, el corrido no sólo ha servido como una herramienta de denuncia social, sino que también ha engrandecido actividades ilegales. En las décadas de 1910 y 1920 se hizo muy popular el corrido del bandolero social, que contaba las hazañas de aquellos individuos que muy al estilo de Robin Hood robaban a los ricos para ayudar a los pobres, o que cometían actos ilegales escudándose en la incompetencia gubernamental para proteger a los más desfavorecidos. Este tipo de bandoleros se convirtieron entonces en héroes de los pobladores más pobres del país y tanto ellos como sus delitos fueron inmortalizados en los llamados corridos. Un ejemplo de este tipo de corrido es el siguiente verso de la época de la revolución mexicana.

Me llaman el bandolero

porque la ley quebranté

pero la ley es del rico

y por eso la violé.[i]

Posteriormente con el incremento de la emigración mexicana hacia los Estados Unidos, el corrido tomó otro enfoque en el cual el campesino y el pobre que no encontraron oportunidades en su país, por medio del corrido describían su situación como ilegales en el vecino país del norte, así como de sus penurias y la nostalgia que les ocasionaba pensar en el país al que muchas veces jamás volverían a ver.

Qué suerte la del bracero                             No me condenen

qué suerte fea e ingrata                                por dejar así mi tierra

pizcar en el extranjero                                   la culpa es de la pobreza

queriendo estar en la patria.[ii]                        y de la necesidad.[iii]



Por supuesto en los corridos no podría quedar afuera una de las figuras más importantes de la cultura mexicana, la mujer; corridos se hicieron honrando a esa figura incondicional y de eterno amor que es la madre, así como  a la mala mujer que traiciona al hombre y lo hace sufrir. Esta dualidad de sentimientos ante el mismo ser pueden ejemplificarse en estos dos versos:

Pobrecita de mi madre                        Ya las Margaritas

¡Ah! Qué suerte le ha tocado               hablan el inglés

En las puertas de la cárcel                  les dices te quiero

Lágrimas se le han rodado.[iv]               Y te responden yes (…)

                                                           Sólo las mujeres tienen corazón

                                                           Para hacer alianza,

                                                            Con esta nación.[v]

Cuando el narcotráfico se convirtió en una actividad importante,  –económica  e ideológicamente- se comenzaron a hacer corridos contando sobre las anécdotas y los personajes más importantes del narcotráfico en el país. La canción que le dio vida a este género ahora conocido como Narcocorrido fue la de “Contrabando y Traición” escrita por los Tigres del Norte. Esta canción no sólo fue el despunte de la carrera de la banda sino de toda una nuevo género musical con miles de adeptos y de nuevas agrupaciones.

Salieron de San Isidro,                                                  Ya pólvora trae mi sangre
procedentes de Tijuana,                                                no puedo vivir sin armas
traían las llantas del carro                                             ya no me puedo salir
repletas de hierba mala,                                                aunque a veces me dan ganas
eran Emilio Varela,                                                        ni modo, este es mi ramo
y Camelia, la Texana[vi]                                                  a donde voy que más valga.[vii]

Como se puede observar en esta breve historia, los corridos fueron evolucionando según las problemáticas sociales que iban surgiendo en el país, al ir tomando importancia en la sociedad como un actor  influyente, las actividades del narco se fueron documentando informalmente en los ahora llamados narcocorridos.                                          

    

Los narcocorridos como creadores de un nuevo código moral

Sabiendo los constantes peligros que conlleva la vida dentro del negocio de las drogas, la mayoría de la gente podría pensar que no es una empresa muy atrayente. Sin embargo, el negocio aumenta conforme crece la demanda y así se reclutan más personas para trabajar dentro del mismo, personas que con el deseo de salir de la pobreza, en un país cuyo sistema no hace nada por “los de abajo”. Esta esperanza, difícilmente comprendida por las clases media y alta de nuestro país, es la que lleva a familias enteras a dedicarse a este negocio. Como podemos apreciar en el siguiente narcocorrido, el temor a la pobreza es mucho mayor que las amenazas diarias de este estilo de vida. Se ha creado así un código moral que  acepta asesinatos, robos, violaciones, etc. Con el objetivo del mejoramiento de la “calidad de vida”.

El que persevera alcanza

Esto lo supe hace tiempo

Hoy tengo lo que yo quiero

Aunque me sigue el gobierno

Pero eso no me preocupa

Ser pobre si me da miedo[viii]

En este verso podemos observar que a pesar de hablar de actividades ilegales, éstas se justifican con el rechazo a volver a una vida de marginación. La pobreza es así uno de los grandes detonantes de este nuevo código moral, en el cual el dinero es la única forma de exigir y recibir respeto, así como alcanzar estatus de poder, que de otra forma sería imposible. El respeto, el poder y la capacidad de consumo se convierten entonces en la base de este código, mediante el cual se gana el reconocimiento de la sociedad.

Sé que un día pueden matarme             Ahora tiene dinero de sobra

pero ser pobre no quiero                        por costales le pagaban al mes.

como te miran, te tratan                         Todos le dicen el centenario

el mundo es convenenciero,                  por la joya que brilla en su pecho.

no se te ven los defectos                       Ahora todos lo ven diferente

si eres hombre de dinero.[ix]                    se acabaron todos sus desprecios.[x]

Gracias a los narcocorridos no sólo la sociedad está expuesta a los códigos morales externos del narcotráfico sino también a un código moral interno, que incluye valores  aplaudidos generalmente como la lealtad, el valor y el respeto. La traición y la separación son generalmente pagados con la vida, son reglas implícitas desde adentro de las organizaciones del narcotráfico. Quien viole estos códigos será castigado así sea un gran capo de la mafia.

Disfrutó de su dinero                               La pobreza lo llevó

Por vario tiempo se dijo                           a escoger este camino

Quiso dejar a la mafia                             con su valor el cambió

Porque ya era poderoso                         su miserable destino

¡Ay! Venían ya los problemas                 primero era el ahijado

´taba violando el negocio.[xi]                    y ahora él es el padrino.[xii]



Los códigos morales del narcotráfico han permeado en la sociedad gracias a la influencia de los narcocorridos en la cultura popular mexicana. Tanto los códigos internos como los externos han ensalzado valores comunes y antivalores dependiendo si la relación es hacia adentro o afuera de la organización. La sociedad se ve atraída a estos códigos, en especial los hombres. Valores como la valentía, el respeto y la lealtad han sido relacionados con la hombría. Desde esta perspectiva, seguir estos valores los hace más hombres ante la organización, su comunidad y ante ellos mismos.

Los antivalores entonces se convierten  en la base para poder hacer cualquier cosa que se desee en una sociedad donde el narcotráfico está ligado profundamente con las altas cúpulas gubernamentales. Hombría y poder, bases y a la vez objetivos del machismo mexicano convierten a esta actividad en un gran imán para los hombres mayormente. Sin embargo los casos de mujeres como la Reina del Pacífico son aislados y excepcionales.

Estos códigos morales tanto externos como internos, le dan al narcotráfico una especie de legitimización, primero  ante la sociedad, quienes justifican la actividad por el contexto de la pobreza y la opresión del sistema mexicano y después ante la organización misma que valora la lealtad, el respeto y la valentía para subir escaños dentro de la misma.

El Soft Power y los narcocorridos

Como se ha visto hasta el momento, los narcocorridos han servido en la sociedad mexicana como una fuente de información sobre el mundo del narco, sin embargo uno de sus efectos secundarios es la glorificación de actos ilegales lo que ha  influido en la sociedad mexicana, especialmente en los jóvenes, con un tipo de “poder blando” que ha trabajado, quizá sin saberlo en deidificar al narcotraficante y el narcotráfico.

Se podría pensar que los narcocorridos no son herramientas de poder blando de los narcotraficantes, ya que ellos no los escriben, y la mayoría de las bandas musicales que componen narcocorridos niegan vehementemente estar relacionadas con el narcotráfico ó los jefes de los carteles, sino que se consideran más bien cronistas de lo que pasa en la realidad mexicana.  Aún así hay fuentes que aseguran que los mismos jefes de los carteles entregan fuertes sumas para que  alguna banda componga alguna  canción que documentara sus crímenes. En su libro  “Narcocorrido”, Elijah Wald, asegura que “lo primero que un traficante hacía tras una operación exitosa, era contratar a alguien que escribiera sobre su hazaña”. Esto no es muy difícil de creer tomando en cuenta el capital con el que cuentan los carteles, así como el poder que ejercen los narcocorridos tanto para la aceptación de la sociedad a la actividad así como para reclutar a nuevos miembros.

Relacionados o no, es seguro decir que los narcocorridos han creado en la sociedad una especie de aceptación hacia las actividades ilegales que el narcotráfico requiere. Los jóvenes de los estratos más bajos se ven atraídos por este modus vivendi, en donde el dinero y el consumismo son el pan de cada día.

Para cuando llegue al  baile

ya está la mesa servida

cerveza, vino y mujeres

y un papelito en la esquina

para escuchar mis corridos

esas son mis vitaminas[xiii]

Esta aceptación e idealización del narcotráfico como actividad redituable y deseada ha llegado a todos los estratos sociales del país. Un término para clasificar a las personas que están totalmente sumergidas  en la narco cultura son los buchones.

“Buchón, en la jerga sinaloense, es aquel habitante de la sierra que se hace millonario por sembrar, empaquetar y traficar mariguana y goma de opio. Se les empezó a llamar así porque en esos lugares el agua es una infamia. Entonces, después de beberla durante años, a muchos pobladores se les hinchó el cuello. La gente compara el cuello de estas personas con el buche de los animales, se los llamó simplemente buchones. Después el tiempo hizo su parte: manoseó el concepto y ahora a todo aquel que se dedica al narco y se viste de modo extravagante se le dice buchón” (Almazán 2007).

Pero el concepto también se ha tomado para describir a todo este movimiento de la glorificación de la vida del narcotráfico. El pseudo buchón; para poder diferenciarlo del buchón narco, es aquella persona que escucha corridos, le reza a Malverde, compra Buchanan´s  y se llena de joyas ostentosas, para poder sentir por lo menos un momento, la vida del narcotraficante. El ser buchón es una ideología bastante promocionada por los narcocorridos, de la cual sobre todo los  jóvenes ricos pueden hacer alarde puesto que tienen el dinero para vivir este estilo de vida sin necesidad de entrarle directamente al negocio.

Los narcocorridos y su influencia ideológica han permeado a todas las clases media y alta de la sociedad, alcanzando niveles de popularidad jamás antes vistos y con ellos haciendo popular también la vida del narcotraficante. Muchos jóvenes en la actualidad han dejado los deseos de ser médicos o abogados por la seducción del poder y el dinero que ofrece el narcotráfico.

Aunado a los beneficios que los narcocorridos tienen para el narco mencionados anteriormente, hay otro mucho más preocupante, la exaltación del uso de la droga y de sus efectos como expresión del placer puro y de vivir la vida al día, puesto aquellos que se dedican al narcotráfico saben que nada les asegura la vida para mañana.

Me gusta darle al perico                        No se me agüite compita

Es muy bonito este ambiente                que ahora vamos a alegrarnos

Porque andas en estos jales                  y ese mi exterminador

Ni modo que no los pruebes                  aviente la nariz de a gramo

para quitarme este sueño                      A´y le va la bolsa compa´

que venga mi blanca nieve.[xiv]               Y póngase un pericazo[xv]



Con todos estos ejemplos del poder ideológico que ejerce el narcocorrido en la sociedad, es fácil comprender porque se puede relacionar con el “Soft Power “de Nye, los narcotraficantes son un actor político, la música es un medio ideológico y los narcocorridos son la herramienta de adoctrinamiento perfecta. Esta combinación ha permitido al narcotráfico influenciar a la sociedad, al cambiar su percepción acerca de la una actividad que anteriormente era vista como lo peor. La atracción, que es una de las herramientas principales en el uso del “Soft Power” también entra dentro de los narcocorridos, pues estos al exaltar los beneficios económicos y sociales que se obtienen por entrarle al mundo de la droga funcionan como un imán hacia la mente de la sociedad que está inmersa en un mundo que exige tener más para ser más.


Conclusión

Definitivamente la música  puede ayudarnos para describir una identidad nacional, así como por el tipo de música que se escucha la gente se une y forma grupos de identidad local. La música es una muy buena manera de llegar a una gran cantidad de individuos con cualquier tipo de mensaje. Es por esto que la música puede ser usada como una herramienta de gran utilidad en el “Soft Power”. En el caso de los narcocorridos la música ha funcionado perfectamente para acercar a la sociedad los pormenores y gozos de la realidad del narcotraficante.

Desde los buchones que hacen del narcocorrido su música predilecta, hasta las personas que como yo sólo los han escuchado y les parecen graciosos, unos tomándolos como un ideal de vida y otros tomándolos como una forma de chiste o parodia, todos hemos fallado en analizar la importancia que tiene la popularidad de los narcocorridos para cambiar la concepción de una actividad primordial en el país tanto por su peso político como por las olas de violencia que desata.

El tema de los narcocorridos debería ser más seriamente analizado. Por supuesto que es imposible prohibir los corridos ya que se estaría atentando contra la libre expresión y la identidad musical de toda una región e incluso del país. Sin embargo se debe tomar en cuenta que los mayores admiradores de este tipo de música y de la narco cultura, siguen siendo los jóvenes de las clases sociales más bajas, el escuchar esta música que ensalza el poder, el dinero y el consumismo, atrae fuertemente a estos jóvenes que de otra manera les sería extremadamente difícil y casi imposible lograr estos ideales dentro de un sistema como el nuestro.

El hecho de que el narcotráfico se esté convirtiendo en una actividad socialmente aceptable tiene mucho que ver con esta visión que han generado los narcocorridos. Sin embargo también tiene que ver en el contexto en el que está sumergida la sociedad. Una sociedad débil de valores que encuentra los únicos gozos en el dinero, el poder y el tener, es fácilmente manipulable a través de los sueños de grandeza que se reflejan en la vida de del narcotraficante.  El “soft power”  difícilmente funciona en sociedades que tienen una fuerte identidad y código de valores, pues no son tan permeables a las ideologías externas.

El hecho de que los narcocorridos estén triunfando y contribuyendo a crear una imagen idealizada del narcotráfico, no es culpa directa de estos, sino más bien deberíamos de reflexionar en el tipo de sociedad en el que estamos sumergidos  y cuestionarnos la manera en que un simple género musical puede causar tanto impacto en algunos  como para hacer de una actividad ilegal y tremendamente peligrosa su estilo de vida. Dudo mucho que si la sociedad mexicana estuviera basada en otros tipos de valores, los narcocorridos tendrían tal influencia y serían lo que esencialmente eran, una forma de reflejar la vida diaria de la población.


Bibliografía



Nye Jr Joseph S. Soft Power: The Means to Success in World Politics. Estados Unidos.  Public Affairs.2004

Valenzuela Arce, José Manuel. (2002) Jefe de Jefes. México: Plaza & Janés : Raya en el Agua, 2002. 346 Pp.

Otras Fuentes



BBC Mundo. Hazañas narco con ritmo norteño. Valeria Perasso. Disponible en: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2008/narcomexico/newsid_7619000/7619783.stm. Consultado por última vez el 19 de noviembre del 2008.

Eme-Equis. Un buchón no se retira, sólo hace pausas. Alejandro Almazán Disponible en : http://www.eme-equis.com.mx/065MXBUCHONES.html. Consultado por última vez el 20 de noviembre del 2008.









[i] Yo no mato por matar, corrido popular
[ii] Por el puente, corrido popular
[iii] Corrido del deportado.
[iv] Los Bootleggers, corrido popular.
[v] Corrido de las americanas.
[vi] Los Tigres del Norte. La traición y el contrabando.
[vii] Los Tucanes de Tijuana. Corrido el Primo.
[viii] Los Tucanes de Tijuana. El ojo de agua.
[ix] Los Tucanes de Tijuana. El hijo de la Mafia.
[x] Los Tucanes de Tijuana. El centenario.
[xi] Los Canelos. El desaparecido
[xii] Los Tucanes de Tijuana. El chaca.
[xiii] Los Tucanes de Tijuana. La mesa servida
[xiv] Los Razos. Negocios Prohibidos.
[xv] Grupo Exterminador. Los dos compas

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